Paris Martínez/Animal Político |
En el año 2015, las autoridades comunales de Totontepec Villa de Morelos, en Oaxaca, establecieron un acuerdo con la empresa estadounidense Mars Incorporated, que le permitió a dicha trasnacional extraer de México una especie autóctona de maíz conocida como “olotón”, con el objetivo de explotarla comercialmente.
Hoy, este tipo de maíz es presentado como el “santo grial” de la industria agroquímica mundial, ya que crece sin la necesidad de fertilizantes, pero el acuerdo establecido con esta comunidad indígena sólo le concede 1% de los beneficios comerciales generados, mientras que Mars Inc. (dueña de marcas como Snickers, Pedigree, Wiscas, Orbit, M&M y Milky Way) se reservó el restante 99% de las ganancias.
El contenido de este acuerdo, que durante los últimos nueve años ha sido ocultado tanto por las autoridades mexicanas como por la empresa Mars Inc., finalmente fue divulgado por una fuente anónima y analizado por un grupo de científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison, para los cuales, se trata de un convenio abusivo, con el que la trasnacional se apropió de recursos biológicos y de “conocimiento tradicional de comunidades adicionales [a Totontepec]”, es decir, de riquezas agrícolas y saberes ancestrales que en realidad le pertenecen a todos los pueblos indígenas de Oaxaca y otras regiones del sur del país.
Maíz olotón de origen mixe, un caso de biopiratería en México
Este caso de biopiratería inicialmente fue dado a conocer en noviembre de 2018 por Animal Político, luego de que los atributos especiales identificados en el maíz olotón fueron anunciados por la empresa Mars Inc. y por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, aunque presentándolos como resultado de un acuerdo justo, que supuestamente aseguraba la “distribución equitativa de los beneficios” con el “aislado pueblo de la Sierra Mixe” que proporcionó el material biológico, es decir, con Totontepec, tal como la trasnacional afirmó en un boletin de prensa.
No obstante, el acuerdo firmado por Mars Inc. (a través de su filial BioN2) y las autoridades comunales de Totonepec, del que Animal Político también recibió una copia de forma anónima a finales de 2023, revela que esa supuesta “distribución equitativa” consistió, en realidad, en pactar la entrega de sólo “1% de los ingresos netos anuales que el usuario [Mars Inc.] obtenga por la venta de cada uno de los productos” generados a partir del maíz olotón.
Además, en el caso de los productos que no vengan directamente de este tipo de maíz, pero que hayan sido enriquecidos con sus “recursos genéticos o derivados”, este acuerdo establece que Totontepec no recibirá 1% de las ganancias netas obtenidas por su venta, sino que se calculará qué proporción de esas utilidades es producida por los recursos genéticos extraídos del olotón, y de esa fracción de los beneficios se dará 1% a la comunidad indígena.
Según lo establecido en este convenio, Mars Inc. no sólo obtuvo permiso para recolectar muestras biológicas del maíz de la Sierra Mixe y extraerlas de México con fines comerciales, sino que también se le autorizó explotar el “conocimiento tradicional” asociado al cultivo de este maíz en Totontepec, lo mismo que los “conocimientos tradicionales de origen no identificable”, es decir, “prácticas que no son específicamente atribuibles o confinadas a la comunidad de Totontepec Villa de Morelos”, sino que fueron generados por todas las comunidades indígenas de la región, las cuales, sin embargo, no fueron contempladas en el reparto de utilidades.
Gobierno de México avala acuerdo entre Mars y autoridad comunal por maíz mixe
Reportes oficiales obtenidos por Animal Político desde 2018 confirman que este convenio entre Mars Inc. y la comunidad de Totontepec fue avalado por el gobierno federal mexicano (encabezado en ese momento por Enrique Peña Nieto), con el argumento de que supuestamente cumplía con el Protocolo de Nagoya, el instrumento internacional que garantiza el reparto justo de las ganancias comerciales, que derivan de conocimientos generados y conservados por los pueblos indígenas del mundo. En este caso, no obstante, el Protocolo de Nagoya fue empleado para lograr lo contrario: un reparto inequitativo de dichos beneficios.
Tal como se desprende del reporte sobre las investigaciones realizadas por Mars Inc., que fue publicado en 2018 en la revista científica Plos, el acuerdo firmado con la comunidad de Totontepec fue sólo una pantalla, para simular que la extracción del maíz mixe hacia Estados Unidos había ocurrido siguiendo las normas nacionales e internacionales, ya que, para el momento de la firma, las muestras biológicas tenían varios años de haber sido extraídas de México, sin autorización alguna.
El caso del maíz olotón y su extracción de México ha sido estudiando desde 2020 por los científicos estadounidenses Jack Kloppenburg, Claudia Irene Calderón y Jean-Michel Ané, que en enero pasado presentaron los resultados de su investigación, en la revista científica Elementa. Estos especialistas documentaron que, en la actualidad, “se están cultivando, reproduciendo, multiplicando y evaluando líneas tipo olotón en parcelas de investigación en Chile, Hawaii, California y Wisconsin”, a través de las universidades Davis de California y la Universidad de Wisconsin-Madison, y “se está realizando un trabajo similar en otras universidades y empresas privadas”, según sus conclusiones.
Comments