Carlos Morales Sánchez, abogado zapoteca y presidente de Litigio Estratégico Indígena promovió ante el juez séptimo de Distrito en Salina Cruz, un juicio de amparo contra el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del presidente de la República por no emitir la declaratoria del sitio sagrado de Guiengola como zonas de monumentos arqueológicos.
En la demanda de amparo se explica que Guiengola es un sitio sagrado y ceremonial de la cultura zapoteca ubicado a 14 kilómetros al noroeste de Tehuantepec. Por estar situado en lo alto de una agreste montaña, la ciudad prehispánica recibe el nombre de Guiengola que significa ‘piedra grande’ en la dulce lengua dixjazaá. Es patrimonio cultural, material, tangible del pueblo zapoteca del Istmo de Tehuantepec.
Carlos Morales sostiene, con base en una investigación bibliográfica “en el sitio sagrado hay dos tumbas principales que han sido excavadas, y ambas parecen ser sitios de entierro familiar intermitentes. Tienen cámaras frontales para deidades religiosas, mientras que las cámaras traseras al parecer fueron para el entierro de personas importantes. Además, tiene tiene murallas, casas, canchas de juego de pelota, otras tumbas y un gran palacio con restos de estanques artificiales y terrazas".
Se explica “con base en información bibliográfica por su ubicación, forma y sistema constructivo, se cree que Guiengola era un sitio fortificado donde se resguardaban y defendían los zapotecas de los ataques de grupos hostiles. También es probable que fuera el centro administrativo y religioso del reinado zapoteca en el Istmo al momento de la invasión española".
Uno de los primeros viajeros en dar testimonio de la existencia de Guiengola fue el escritor francés Charles Brasseur. En su libro “Viaje por el Istmo de Tehuantepec 1859-1860” manifiesta su deseo de conocer Guiengola y fuerzas mágicas y divinas le impidieron conocer la zona monumental.
No obstante la importancia arqueológica y ceremonial, el sitio sagrado de Guiengola está en el abandono. Ni el director del Centro INAH, ni el director general del INAH han hecho las gestiones necesarias para presidente de la República emita la Declaratoria de Zona de Monumentos Arqueológicos a Guiengola. Incumpliendo el artículo 4º de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, tratado internacional suscrito y ratificado por México.
Al ser entrevistada Mariana Yáñez Unda, vicepresidenta de la Asociación Civil, se queja:
“Monte Albán, Teotihuacán, Chichen Itzá y Palenque cuentan con la declaratoria, pero Guiengola no. Guiengola, ha sido invisibilizada y permanece en el olvido. En lo que va del sexenio de AMLO se han emitido, en otras parte del país, dos declaratorias de zonas arqueológicas y seis declaratorias de zonas históricas pero ninguna en Oaxaca, por lo que es necesario desde la ciudadanía promover este tipo de acciones para obligar a las autoridades del INAH a actuar en consecuencia.”
“El olvido —dice la abogada Mariana Yáñez— propicia los saqueos y la destrucción del patrimonio cultural material Guiengola por lo que es necesaria la emisión de la declaratoria presidencial que delimite la zona y la proteja contra la destrucción y las invasiones. Si no hacemos nada hoy heredaremos a las futuras generaciones solamente el recuerdo de una gran zona de monumentos arqueológicos destruida, en lo alto de una montaña.”
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